El diseño latinoamericano ha ido desempeñando un rol preponderante en la última década, puesto de manifiesto en el desarrollo de productos y servicios a partir de proyectos en donde el valor agregado está puesto en la innovación. ¿En qué consiste este valor agregado? En nuestro caso particular tenemos un campo prácticamente virgen en el producto artesanal. Un producto con fuerte presencia de este rubro en la zona, pero que no alcanza a posicionarse en la mente del consumidor local. El producto, tanto como pieza única o seriada, industrial o artesanal, adquiere su identidad si es realizable dentro de una cadena productiva y cultural. Esto es, si es depositario de una historia transmitible al consumidor; no se contempla solamente los aspectos formales, físicos del mismo, sino una serie de funciones de naturaleza formal, comunicativa y distributiva de servicios. Se convierte en una historia que contar, que a su vez, carga al mismo de un significado como valor agregado a su función. En la Escuela de Diseño estamos, desde las asignaturas Taller Profesional y Taller Interdisciplinario, incursionando en una experiencia compartida para desarrollar proyectos. El caso de NOGAL es uno de ellos. Un equipo de estudiantes emprendió este proyecto con la intención de generar un producto con alto contenido comunicacional. Y fue así que desde la Escuela de Diseño, se produjo un producto gastronómico: “dulce artesanal”, en donde el tocte y la miel son sus componentes principales. El deseo a provocar lo aportó la historia, el recuerdo, la nostalgia de nuestros abuelos. Todo ello desde la imagen corporativa hasta la publicidad del producto.
